domingo, 8 de agosto de 2010

YO COMPARO, EL COMPARA, TODOS COMPARAMOS...



Interlocutor: ¿Podríamos hablar de la comparación....?
¿Es necesario que permanentemente estemos comparando cada vez que tenemos que tomar alguna decisión? En realidad, cuando presto atención a lo que pienso, veo que comparo siempre.
MT: si, parece ser que la comparación está enquistada en nuestra cabeza.
¿Es necesario comparar?
I: creo que no es necesario, se me ocurren muchas situaciones en las que el acto de comparar no es inevitable, sin embargo lo hacemos continuamente. No veo posible parar ese mecanismo.
MT: por lo tanto, lo que sé, es que lo hago continuamente, mas allá de mi propia voluntad. Eso es el acto de comparar. Lo hago sin darme cuenta o a posta para
tomar alguna decisión. Estamos atrapados en ese nudo. Sólo hay eso.
Ahora, me pregunto, ¿puedo detener ese proceso? o... si me permites lo expresaré así: ¿puedo colocar la acción comparativa en su justo lugar, para desterrar definitivamente el conflicto que trae consigo ese movimiento?
I: vamos despacio, como siempre me dices, ¿cuál es el justo lugar de algo que ocupa todo mi pensamiento?
MT: tu mismo respondes a la pregunta. El pensamiento es per se la comparación.
Es el mismo cerebro que necesita confrontar opciones, para tomar decisiones. La propia tensión entre dos opciones, genera conflictos, angustia... Y debemos elegir una.
Lo que pregunto es ¿por que tenemos que optar? ¿como se ha generado el hecho de tener que elegir constantemente? y por lo tanto darle toda la energía al acto comparativo...?
I: ¿pero dices o dejas entrever que es posible dejar de comparar, o que hay una forma adecuada de hacerlo?
MT: No, no estoy sosteniendo nada. Solo te invito a que investiguemos juntos, sin ningún tipo de conclusión previa. Digo que puedo ver que comparo en cada acto de pensar. Y que esa acción de tener que elegir una opción entre otras, conll
eva en si misma un conflicto.
Esto es sencillo de ver. El simple acto de elegir es conflictivo en si mismo. Y para tomar esa determinación uno compara. Lo que quiero investigar es que si se puede llevar a cabo una acción que carezca de elección?
I: no estoy muy seguro de que se pueda hacer eso...
MT: cuando hablamos de la polaridad, vimos que en realidad lo que esta divido somos nosotros. Es nuestra manera
de ver al mundo en pares opuestos y antagónicos, lo que determina que la polaridad sea.
Todo lo que nos rodea forma parte de la unidad, pero nuestra conciencia que es polar, nos obliga a tomar la opción que más nos conviene, entre varias opciones.
I: ya veo, y esa división hace que comparemos, para tener elementos de elección, y así elegir una opción entre varias, según tu has dicho...?
MT: eso es
I: por lo tanto, sigo atrapado, ya que no veo cómo se puede salir de ese nudo, si mi conciencia es quien divide todo?
MT: por lo tanto, quiero saber si puedo detener ese mecanismo. Voy a poner mi energía para descubrir por mi mismo.
Retrocedamos unos pasos. Hay comparaciones que son inofensivas y a la vez necesarias, en cada una de las acciones cotidianas: sé cuando una fruta está verde y otra madura. Las veo y comparo en el tacto, en el color, etc. Allí elijo la que me apetece. Esa opción y otros tantos ejemplos más no son conflictivos. Son comparaciones necesarias dentro de la realidad factual y formal.
Ahora bien, me pregunto si es necesario seguir ese camino, dentro del mundo emocional o psicológico. Porque eso es lo que hacemos con nuestro pensamiento: calificamos, dividimos, y elegimos, descartando el resto de opciones que nosotros mismos creamos como opuestos antagónico o complementarios. Esto hace que comparemos dentr
o del campo psíquico-emocional.
I: espera, ¿nosotros los dividimos?
MT: recuerda que es nuestra conciencia la que divide la realidad. Por eso sostengo que somos nosotros quienes creamos el conflicto de la opción.
I: pero yo intuyo que hay algo detrás de la comparación. Que existe una fuerza anterior que es la que invita a que comparemos...
MT: dijimos que el pensamiento es comparación, ¿verdad? Y sabemos que el pensamiento es memoria, y que la memoria es una acumulación de experiencias y respuestas. El acto de pensar es un acto mecánico, y siempre esta amarrado a su propio conocimiento.
Ese amarre mecánico pertenece al pasado, son residuos viejos que ya no existen.
Por lo tanto el pensamiento, que es memoria y es conocimiento, no puede ir mas allá de si mismo. La memoria es siempre limitada.
I: pero tu ahora incorporas a la comparación, una serie de elementos relacionadas con el pensamiento y la memoria....vas muy rápido.
MT: Porque cada acto comparativo es en busca de alguna experiencia pasada.
Lo que quiero es repetir algo que me ha dado placer y seguridad....algo almacenado en mi conocimiento. Algo que YO sé me h
a hecho feliz. También comparo para evitar alguna situación que me ha herido.
Es decir, si mi memoria no interviene. Si mi recuerdo y experiencia no participan. Si el conocimiento sobre un hecho está en completo silencio....¿existe la comparación?
I: Lo veo, cuando comparamos buscamos situaciones agradables que nos han sucedido....o huimos para evitar repetir momentos de dolor....
MT: eso es, en la comparación participa el miedo y la frustración. Ellas son el motor de búsqueda para no ser herido nuevamente o para engordar nuestra vanidad...una vez más...
Por lo tanto, la estructura de la comparación, es en si misma la estructura del pensamiento....y esta es la matriz del conflicto.
I: pero tu preguntabas si es posible colocar la comparación en su sitio y que no intervenga en nuestras emociones....debe haber algo detrás...
MT: ¡pues si! Examinemos el deseo...¿cómo se produce? ¿por qué nos controla con tanta fuerza? No pregunto sobre el deseo de ser un buen ser humano, un ingenioso erudito o de encontrar a Dios...o el deseo de pertenecer a un grupo de hombres santos, o convertirme en alguien rico....esos son objetos de deseos....quiero saber ¿que es el deseo?
I: pero hay distintas clases de deseos, por ejemplo, el de recibir una buena educación...
MT: pero no me refiero a ese tipo de deseos. Es importante comprender su mecanismo...no el tipo de deseos noble o rastrero. De lo que es bueno o malo....saber que es el deseo...
I: El deseo, ciertamente, ¿está relacionado con el futuro?
MT: con el tiempo, como todo lo que constituye al pensamiento.....
Cuando me identifico con una sensación, es cuando nace el deseo.
I: con sensación te refieres a....
MT: veo o imagino un automóvil y el pensamiento procede a crear la imagen de que lo poseo, entonces me identifico con esa imagen y tengo esa sensación en el cuerpo...!nace el deseo¡
Cuando mi memoria recrea un conocimiento o alguna experiencia, el pensamiento le proporciona una imagen.
Esa imagen es la que da cuerpo a las sensaciones corporales.
En el mismo momento que el pensamiento le da forma a esa sensación, ésta se convierte en deseo. La identificación con algo guardado en mi memoria, es la que crea mis imágenes....y ellas dan origen al deseo....
I: esto es muy fuerte....siento que estoy a punto de ver algo tremendamente importante.....
MT: un momento, detente en este lugar y observa lo que has dicho y descubriremos algo divertido...
I: ¿qué sucede? en el pecho siento que la respiración se modifica con esto que hablamos...
MT: esas sensaciones corporales que ahora tienes, es de lo que recién hablamos...
Tu memoria considera que lo dicho ahora es importante y a formado una imagen de como son las cosas importantes y sus consecuencias (agradables por cierto) en tu psiquis y en la vida cotidiana...esa imagen construida está en tu cerebro y precipita en todo tu cuerpo...dando lugar a la sensación corporal sea cual sea....respiración alterada, llanto, temblor, etc...pero lo cierto es que lo que has vivido es tu deseo de saber y descubrir, para llegar a quien sabe dónde, dentro de tus ideas y creencias...
I: me has bajado de mi nube de un patadón y sin anestesia...
MT: era tu propia trampa, pero observa ahora lo sucedido...Al mirar la imagen que habías formado, desde tu memoria, el proceso se detuvo.
Tu atención certera observando las imágenes que proporciona cada identificación...hace que el proceso se detenga automáticamente....
Entonces, al comprender este mecanismo, ponerlo a prueba, viendo como funcionan. Los deseos y las comparaciones...se encontraran en el sitio donde deben estar, sin fricciones ni conflictos.
I: Ya veo, ¿Cuál crees tu qué es el deseo más poderoso?
MT: Dios.