¡TOCAME, ACARICIATE!

¿Me pregunto por qué tenemos tanta reticencia en tocarnos? ¿Cuáles son los motivos que me distancian de la piel de otra persona?

Y yo...¿me toco?, ¿me acaricio?...

Interlocutor: en principio diría que no tenemos esa costumbre, mucho menos los hombres.

MT: sí, eso es claro, los varones no se tocan entre si, y las mujeres no se dejan tocar por los varones.

Si hay contacto físico, es con la elemental intención de tener sexo.

¿Crees tu que se corren "riesgos" si te abrazas a un amigo o caminas llevando del hombro a otro o a otra?

I: ...bueno, en mi caso, siento que me miran ojos censores. Y yo mismo me censuro, porque quizá incomode a la otra persona que toco...? No quisiera que piensen mal.

MT: es decir, todo es parte de tu creencia...

I: de la mía y de la misma sociedad. Ten presente que es una sociedad muy creyente, con sus ritos, celebraciones. Eso esta muy arraigado. Ya sabes..todo ese tema del pecado...en fin.

MT: sí, tu eres toda la sociedad.

Por lo tanto, podemos ver, que el conjunto está inmerso en una serie de creencias que determinan la imposibilidad del acercamiento verdadero.

Digo así, porque la en la teoría, toda religión "exige" que nos amemos los unos a los otros, pero en los hecho, condena cualquier acercamiento, que esté fuera de los dictados de esa "moral".

Si profundizamos más, hablamos sencillamente de las creencias. Ellas son una de las raíces del aislamiento. De la separación entre las personas. !Una creencia prohibe...por las dudas!

Es absolutamente determinante en la cultura social.

I: como es eso de "...por las dudas"

MT: La creencia no permite riesgos, ella vive en solidas paredes, que es su propia estructura. Su esencia misma es excluyente, por eso mismo donde existe una creencia también existe la prohibición de todo aquello que la ponga en riesgo. Ella anula tu capacidad de discernir, tu pensamiento crítico, tu valor para cuestionar.

La raíz de la creencia está en tu propio miedo. De allí surge la auto-censura. "por las dudas evitaré por todos los medios, con toda mi fuerza y voluntad, evitaré masturbarme...así mi dios me quiere..."

Ese miedo, me convierte en un cínico.

I: ¿por qué dices eso?

MT: porque hago todo en función de un premio. En este caso el premio sería entrar en el paraíso, nirvana, atman, o la superstición que sea. Todo es un intercambio... especulo con la promesa de un premio en el más allá....

I: lo veo. No eres naturalmente "bueno", sino que te esfuerzas en serlo, esperando conseguir el premio prometido...

MT: eso es, entonces debido a tus creencias te castras a ti mismo, secas tu vida y todo alrededor.

Si estás libre de todo miedo, la creencia dejaría de tener espacio en uno. Es como colgar un cuadro en el aire...

I: entonces por qué no nos tocamos más

MT: miedo. Miedo al rechazo, miedo al qué dirán, miedo a sentirme bien haciéndolo, miedo a gustar, miedo al pecado, y así la lista se hace interminable...en definitiva, toda la sociedad está inmersa en el temor, en vínculos paranoicos y neuróticos.

Por esto que hablamos, tocarnos también implica un premio, que es poder tener sexo . Es decir, sólo te toco o acaricio con la intención de llevarte a la cama. ¡Qué degradante es eso!

I: pero vamos despacio, porque si toco a alguien, comienzo a exitarme, la fantasía se apodera de mi, también me doy cuenta de que le agrado y es inevitable que pretenda tener sexo...es una ola que arrasa con todo lo que hay...

MT: En primer lugar, me pregunto si eso pasa de verdad, o es una idea de como deberían ser los encuentros íntimos.

Lo que sostengo es que colocamos primero la intención de tener sexo....luego te toco para lograr mi objetivo. Por lo tanto el toque sólo lo limito y degrado a esa mínima expresión...cuando en realidad el toque, es mucho más que un medio. Es en si mismo un fin.

Ya es tiempo de cambiar. Toca, abraza, demuestra tu real cariño y afecto a quien sea. Que el hecho sexual, si surge, lo haga de forma natural, desde el cariño, desde el amor, permite que brote desde ese territorio y no de tu mezquino interés sexual.

Superemos los traumas y heridas....un buen abrazo, una caricia justa, sostener la mirada en otros ojos, pueden llegar a ser el perfume más rico que jamas nos ha tocado. Eso también es sexo.

Hazlo hoy, ahora.