MT: habíamos visto que es la conciencia la que polariza los sucesos de la vida, de lo creado. También que nuestras valoraciones son un factor clave en la personalidad. Y ello implica que uno elija entre dos maneras de ser, entre dos opciones: mi concepto hará que elija la buena para mi y descarte la otra, que considero su antagónica....ésta sigue allí e ira alimentando a mi sombra.
Interlocutor: ¿podríamos investigar este punto?
MT: si lo investigamos, veremos que no es tan difícil de comprender.
La identificación que determina que elija una opción entre dos, hace que la opción desdeñada, descartada, siga allí. No desaparece. Es parte del movimiento del pensamiento. Ya que esa elección realizada, siempre es subjetiva.
Cada opción negada, cada elección que rechazo en función de un concepto moral, o de una valoración socio-cultural, no es eliminada de mi, sino que se oculta dentro y constituye mi sombra. Ella está formada por la acumulación de todas mis negaciones, rechazos, que no puedo o no quiero reconocer en mi mismo. Soy yo mismo en "negativo" y eso es ocultado permanentemente, porque mi moral es quien me juzga y condena.
I: pero, ¿cómo sé cuál es mi sombra???
MT: veamos...ignoramos que llevamos la sombra, es su principal característica...de allí su nombre. Entonces me pregunto cómo he de descubrir mis zonas de oscuridad...?
I: sí. Eso quiero saberlo, ya que al no poder identificarla en mi, porque se oculta, no veo la posibilidad de descubrirla.
MT: quiero preguntarte algo que siempre hago con mis pacientes...¿me permites?
I: Adelante
MT: Dime ¿cuál es la parte de tu cuerpo que no puedes mirar con tus propios ojos?
I: vaya pregunta la tuya
MT: sigo yo, esto tiene que ver con descubrir la sombra....
Lo que no puedo ver de mi con mis ojos es mi espalda o mi propio rostro, ¿verdad?...para poder hacerlo he de necesitar un espejo. Es decir, hay veces que para observar completamente mi cuerpo requiero de un elemento externo, en este caso algo que me refleje completo....
I: te veo hacia dónde vas..
MT: No te pasa que cuando ves al político de turno dar su discurso partidario, comienza en ti a generarse un rechazo, condena, repudio, etc....porque intuyes o claramente ves que te está mintiendo, utilizando, manipulando....
I: sí, me pongo verde, porque siento que me toman por idiota...
MT: o bien, cuando eres testigo de un hecho de violencia, o actos que tu moral condena, ¿cómo es que te sientes?
I: sencillamente me siento mal, con mucho malestar.
MT: Y por qué...si no eres tu.......¿O si?
I: ¿Cómo?
MT: vamos despacio. Lo que hacemos con la sombra es una proyección. Es decir, con esa mitad que ocultamos, construimos nuestro exterior. Esto es lógico, ya que dentro nuestro no queremos tener cosas "negativas".
Tu te has fragmentado en un interior idealizado por tus valoraciones morales, y has expulsado al exterior sus opuestos antagónicos. ¡Por lo tanto tu interior y exterior son idénticos!
I: no llego a verlo....
MT: observa tu resistencia en este punto....
I: (silencio)
MT: prosigamos. Al ser el exterior mi propia proyección, cada vez que vea un hecho rechazado por mi, en una persona....ella estará actuando como aquel espejo que me completa.
El mentiroso refleja mi propio mentiroso oculto. El violento igual, el pedante, el vago, etc. etc.
es decir cada uno de nosotros somos el reflejo de lo que cada sombra es. Todos nos reflejamos en todos.
Entonces comienzo a comprender que el equilibrio siempre está, sucede a pesar de mi. Todo está en su sitio adecuado y correcto. Recordemos que la polaridad sólo existe en mi conciencia....
I: Pero la mayoría de nosotros, ignoramos este procedimiento de nuestro pensamiento. De que otra manera la sombra se equilibra, si puede decirse así?
MT: con las enfermedades. Ellas tienen ese componente de equilibrio de nuestra conciencia.
I: vaya, hoy creo que fuimos lejos, verdad.
MT: sin dudas, pero aún estamos en aguas poco profundas...
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