domingo, 16 de mayo de 2010

EL DESEO II

Estamos acostumbrados a repetir sin detenernos a reflexionar.
Con respecto al deseo, parecería que está muy bien desear algo, tener ilusiones, sueños, ser personas que proyectan situaciones ideales: con la pareja, con la política, sus finanzas, etc...
Creamos un mundo ideal y renunciamos, huimos, nos evadimos de lo que sucede en nuestras vidas.
Repetimos lo que otros dicen que digamos, queremos lo que nos imponen, necesitamos lo que otros determinan..¡¡.Todo es un disparate!! Y el deseo esta allí, latente y agazapado. Creando laberintos mentales.
Interlocutor: Pero ¿no hay deseos buenos? es decir, ¿todo deseo conlleva un conflicto?
MT: Seamos cuidadosos, dijimos que la raíz del deseo está en la imagen que provoca el pensamiento. Sin imagen no hay deseo. Solo existe lo que es y su utilidad. Tomemos ejemplos sencillos: si tengo hambre, el cuerpo comenzara a dar las señales de que debo alimentarlo, en ese instante los sentidos están a disposición de esa actividad. Pero si en ese momento creo una imagen mental del plato que mi madre me cocinaba los domingos, o aquél en donde conocí a alguien encantador, o de la porción de pizza mas sabrosa que he comido...mi impulso es el de cubrir ese deseo y ya no la necesidad de hambre....es decir que he modificado el rol de lo real por el ideal.
Cuando veo en mi cabeza la imagen, coloco esa idea primero y me muevo tras ella. Es decir, mi pasado devora al presente, y da entrada al conflicto.
La frustración o el dolor, no tiene escalas.... Es falso eso de poco frustrado o apenas herido. Su mecanismo es igual si me frustro por no conseguir una pizzería, que si extraño a mi madre y su comida, o cualquier otro ejemplo que se te ocurra...lo mínimo y lo máximo son iguales. Su raíz es idéntica a pesar de que sus dimensiones sean diferentes.
Ellos son parte de tu estado interno dividido. Si hay deseo hay dolor.
I: Estamos perdidos.
MT: diría más bien, que se puede vivir de otra forma, pero el cambio ha de ser radical. El otro día, una amiga me decía, que comprende todo lo que significa el hecho de identificarse con las ideas, pero sostenía que no es del todo malo hacerlo con alguna sí y con otras absolutamente no. Y eso es absurdo. O está o no está la libertad. Se es libre completamente, no por momentos o según tu medida. Y mientras tenga una medida de las cosas de acuerdo a mis conceptos, creencias, o conveniencias, soy esclavo de esos impulsos.
I: pero un hombre que no tiene deseos, no se convierte en una entidad fría, distante,?
MT: esa es una idea, un condicionamiento. ¿Acaso ahora no somos eso?...Es un hecho que la sociedad es caótica, todos corriendo y pulsando a favor de lo que les conviene. Vivimos a la defensiva, desconfiando unos de otros, aislados. Eso es el pensamiento egoísta o egocentrista...como más te guste.
Aquél que es capaz de descubrir y colocar al pensamiento en su justo lugar, es un hombre íntegro. Es alguien que comprende, que se encuentra psicológicamente solo, que no tiene autoridad, que no repite por repetir, Y eso hace que una sensibilidad mucho más profunda habite en él. Ese hombre no está aislado. Todo lo contrario, es alguien que no se evade de lo que le sucede, de lo que pasa. Ese ser comprende, vive sin temor, sin apego a nada.
I: Y en este caos también esta incluida la sexualidad, el deseo sexual, y las fantasías, verdad.
MT: sin duda, a tal punto que un hecho tan elemental como la sexualidad se ha convertido en un tremendo problema. No es diferente a ninguno de los conflictos que tenemos. Su mecanismo es el mismo que el resto..
I: pero ¿por qué es eso? ¿no deberíamos disfrutar del sexo?
MT: disfrutar de la vida entera, tal como es. Esa es la tarea. El sexo no está ajeno a ello, no es distinto al resto de uno. Es un fragmento más. Pero le damos una dimensión y entidad distinguida, única. Así lo convertimos en otro problema, es un agobio maquillado de placer, es un mandato, es estadística, lo relacionamos con el amor, y luego de calmar ese impulso, ese supuesto amor, queda reducido a nada...
I: pero ha de tener una dimensión diferente. A través del sexo la especie se sostiene..
MT: Vamos a averiguar eso.
Investigar el sexo, es investigar mi relación de pareja, mis vínculos cercanos; y eso requiere de calma y claridad. Estar dispuesto a confrontar y cuestionar seriamente con los conceptos sociales, religiosos, morales, y todo dislate a que es sometido ese hecho. Descubrirnos a nosotros mismos, a nuestros miedos y a las propias miserias. Usamos la sexualidad como moneda de cambio, en nombre del amor, y es un hecho que lo único que importa es la propia satisfacción.
Dejemos acá, por hoy es suficiente.

3 comentarios:

  1. Hola Marcelo, entiendo el mecanismo que planteas de la polaridad y de como genera deseo, miedo y sufrimiento. Pero, ¿cómo puedes evitar miedos más "reales" como la muerte por ejemplo?

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  2. Entiendo que el deseo no es tanto la satisfacción de una necesidad, como puede ser la de tener hambre y alimentarte, sino un proceso en el que siempre interviene lo emocional, la pizza de mi madre, el sufrimiento no es el deseo, son las expectativas que van unidas al deseo, y creer que deben cumplirse, porque el deseo nunca acaba uno sigue a otro y así sucesivamente...hay algo bueno en el deseo, nuestra imaginación?

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  3. Totalmente de acuerdo en cuanto a que el deseo no es mas que un producto del pensamiento y por tanto de la debilidad de la mente humana. No es una necesidad, no tan siquiera algo quimico, es algo puramente emocional y por tanto creado por nuestra mente y nuestras expectativas. Cuando el deseees convierte en driver de nuestra vida estamos a la deriva. En realidad el deseo no es otra cosa q el reflejo de nuestra constante insatisfaccion, pero no estoy de acuerdo en q por si mismo cause dolor.

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