domingo, 2 de mayo de 2010

La polaridad


Interlocutor: muchas veces, desde que me atiendes, hablamos de "la opción". Y me pregunto si siempre es necesario tener que optar, tener que estar eligiendo...?
MT: Intentemos descubrir juntos. Porque, desde luego, es uno de los factores mas determinantes en los conflictos cotidianos. Quizá me apresuro al decir que si logro desentramar esta incógnita, habré dado un paso tremendo en mi auto-conocimiento, en la propia exploración de lo que soy. Saber cómo es que pienso...
Estas preguntando por la polaridad de nuestra conciencia.
I: ¿Por qué dices polaridad de la conciencia? ¿acaso es algo subjetivo el mundo polar?
MT: desde que nacemos y vamos adquiriendo nuestra personalidad, nos separamos del mundo tal como es, y lo comenzamos a internalizar de acuerdo a como somos. La relación que comienza a partir de ese momento con todo lo creado es polar. Y allí quedamos atrapados.
I: pero ¿por qué pasa eso?
MT: vamos despacio. Nuestro cerebro, tal como lo conocemos, esta estructurado anatomicamente para percibir al mundo que lo rodea en un contexto polar. Cada hemisferio tiene una función neurológica determinante para que ello suceda. El lado izquierdo es el analítico y el derecho el analógico...ambos equilibran nuestras experiencias sensoriales y las califican como partes opuestas de un todo.
I: Acláralo...
MT: dia-noche; Luz-oscuridad; calor-frio, etc. etc. etc. y así hasta el infinito, eso hacemos desde el principio, con mucho sentido, además, ya que en el proceso evolutivo de las especies, nos ha permitido ser la que más lejos ha llegado. Calificamos, determinamos, seleccionamos, por supervivencia y selección. La polaridad nos ha permitido llegar hasta acá.
I: Entonces es inevitable preguntar, ¿por qué tu dices que es el gran factor determinante del conflicto del hombre?
MT: el conflicto deviene por la sencilla razón que la polaridad no existe. Es mi conciencia que divide todo en pares de opuestos. Soy YO-EGO quien transita, por un mundo de unidad....totalmente fragmentado. El ego es el fragmento.
I: veo hacia donde vas caminando, pero no le encuentro sentido a esto que hacemos...¿por qué sucede?
MT: sigamos despacio,...la vida, lo creado, la naturaleza o como se te ocurra llamarlo, no tiene divisiones tal como nosotros categorizamos, sino más bien ciclos que se van repitiendo....en ese contexto esta todo dado, en armonía absoluta. El hombre es quien mide y compara. y en ese contexto, lo creado, en donde todo es (con sus ciclos) pasan a ser hechos sucesivos para el ojo humano. Un hecho continúa detras de otro hecho. Lo simultáneo lo transformamos en sucesivo. Y eso implica la creación del tiempo.
I: ¿dice que el tiempo es un invento del hombre?
MT: no digo eso, sino más bien la consecuencia de tener una conciencia fragmentada que polariza toda su realidad. En la polaridad debemos optar permanentemente. Elegir algo y descartar su opuesto. El conflicto reside cuando considero que son partes antagónicas.
Pero si comprendo que ambos polos, son la constitución adecuada que forman a la unidad, habré dado un salto cuántico dentro de mi vida.
I: aclara más..
MT: Es necesario que los dos polos estén en armonía y complementándose. No es mejor el día que la noche, tampoco el calor del frío....todo es armonioso. La batería eléctrica requiere un polo negativo y otro positivo, sin una no es la otra.
La incomprensión de este principio básico, determina que en cada elección que haga, descarte a su opuesto, considerándolo antagónico....por lo tanto me desequilibro. Si no puedo ver que ambos se complementan para ser unidad, mi conflicto es permanente.
La elección de uno de los polos, sin comprender el funcionamiento de este principio, va a determinar que me identifique con el que considero correcto en mi vida y desprecie o niegue al que he descartado.
I: eso es claro, y de manera permanente caigo en esa trampa de elegir uno de los polos y renunciar o ignorar al otro.
MT: entonces, la pregunta que surge es la siguiente...¿que sucede con el polo negado?
Porque este mismo mecanismo lo utilizamos para hacer una calificación, selección y elección de nuestro valores, y así relacionarnos con los demás. Es decir, cuando realizo la elección de un aspecto y descarto el otro, no hago otra cosa que aplicar una valoración a esa elección. Generalmente es una valoración moral. Es mejor estar de buen humor que enfadado....es correcto ser trabajador que ser un hombre perezoso, siempre digo la verdad nunca miento, soy comprensivo jamas intolerante, soy generoso y detesto el egoísmo, etc. etc.
Así, al elegir una cualidad por sobre la otra, comienzo a determinar mi personalidad sobre esos "valores", me proyecto e identifico en ellos, y acciono en consecuencia. Pero dónde quedan sus polos opuesto?
Ahora que comprendo que un polo siempre acompaña al otro, me pregunto ¿qué pasa con el polo antagónico?....pues sencillamente siempre está en mi, nunca han desaparecido, a pesar de que los niego o rechazo.
Ambos están siempre allí: muestro de cara a la gente el polo que elijo mostrar, ese que mis valores señalan como correctos. Y a su contrario lo oculto en mi interior, y comienzo yo mismo a constituir, lo que algunas corrientes de pensamiento llaman, La Sombra.
Esta sombra, constituida por mis elecciones basadas en valores morales, tiene una característica maravillosa y es que Yo no tengo idea que la llevo encima. Siempre me acompaña. Allí está, atenta y sigilosa para equilibrar lo que mis identificaciones o creencias, tuercen.
I: ...siento en todo el cuerpo que algo pasa, cuando comprendo esto que dices...
MT: si es hermoso descubrir-me. Con mas detenimiento hablaremos de la sombra y el tiempo psicológico...por ahora creo que hemos avanzado bastante.

2 comentarios:

  1. Cuando debo tomar una decisión ineludible, Cómo puedo evitar que el estrés que me produce repercuta negativamente en el plano físico??

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  2. Qué buen artículo. Lo que dices me hizo recordar cómo se manifestaba mi cuerpo ante las decisiones importantes, ansiedad, falta de sueño, febrículas y sabes qué, pude observar que lo que me ponía "mal" era que al tomar esa decisión iba a tener que "soltar" otra cosa. Debía elegir y yo quería todo! Cuando pude sentir visceralmente que debía "perder" para ganar y sentirme bien con la decisión que yo creía correcta -aunque mi entorno social se viniese abajo- comencé a sentirme feliz. Gracias por los escritos, muy enriquecedores.

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