Cuando éramos niños llorábamos cada vez que había que llorar. Después, fuimos creciendo y aprendimos a reprimir aquél grito.
LA CONCIENCIA, LA MENTE, EL PENSAMIENTO, LOS DOLORES NOS HABLAN. - "marce_taj@hotmail.com"
domingo, 21 de noviembre de 2010
LLORAR
Cuando éramos niños llorábamos cada vez que había que llorar. Después, fuimos creciendo y aprendimos a reprimir aquél grito.
sábado, 20 de noviembre de 2010
SILENCIO...habla jung.
miércoles, 17 de noviembre de 2010
EL KARMA
Interlocutor: Las veces que hablo contigo, me siento contento porque de alguna manera me cuestiono muchas frases que repito sin reflexionar. Pero, por otro lado, me perturbo bastante. La sensación es extraña, de alegre incomodidad...
domingo, 14 de noviembre de 2010
HERMANN HESSE
"Dijo entonces Govinda:
viernes, 12 de noviembre de 2010
LA EVOLUCION Y YO.
A la mayor parte de la población, estoy seguro, le llamaría la atención que una o varias personas, anden por la vida sosteniendo que el mundo es plano. Si un individuo distraido se aventurase a caminar hasta la línea de horizonte, sostendrían que su destino sería la trágica caída en un abismo infinito.
jueves, 11 de noviembre de 2010
miércoles, 10 de noviembre de 2010
LAS IMAGENES
Interlocutor: ¿cómo es posible que no seamos nosotros, sino una idea de nosotros? A mi me cuesta entender ese concepto de que somos imágenes..
MT: si lo investigamos, tal vez descubramos que eso que tu llamas “concepto”…no lo es, sino que es un hecho evidente.
I: para mi el hecho soy yo, con todo lo que eso implica. Y mi forma de ser, es la que me permite relacionarme con mis circunstancias.
MT: y esa relación, ¿cómo es? Es decir, ¿es total o depende de una serie de condiciones? ¿Cuándo me relaciono con alguien- sea esposa, marido, amigo, etc.- qué cualidad tiene ese vínculo?...¿es completo? O ¿está condicionado bajo una serie de requisitos muy frágiles y superficiales?
I: entiendo que en toda relación hay reglas, códigos, y que cuando se transgrede alguna de esas pautas, surge la fricción, el conflicto.
MT: Desde un punto de vista formal, no hay dudas que hay reglas y pautas. Horarios de trabajo, cumplir con responsabilidades adquiridas. No me refiero a eso, sino a la idea que uno tiene de cómo debería ser una relación…
En esta idealización es donde están las imágenes. Y son las ellas las que erigen reglas de convivencia de acuerdo a su propia medida.
Yo sostengo que esos pactos en las relaciones no son por el otro o para mejorar el vínculo, sino que se hace para evitar ser heridos. Es puro egoísmo.
I: yo no quiero que me hieran ni quiero herir..
MT: La imagen es la herida. Por lo tanto hay tensión cada vez.
I: pero sigo sin poder ver claro. ¿Por qué dices que soy una imagen?
MT: ¿cuándo tu mismo o alguien te llama por tu nombre, surge todo lo que tu eres, verdad? … tus recuerdos, experiencias, los registros de cada acto en tu vida, lo que sabes y conoces de ti, todo eso te ha formado y ha constituido a tu yo. A ese que eres…o sea que Tu YO es tu pasado.
I: entiendo a medias, porque cuando dices “tu Yo” siento que no hablas de mi, es como si describieras una entidad separada de mi.
¡¡Y YO soy todo yo!! No sé si me explico…siento que yo soy todo…
MT: pues claro que el YO se siente total, que él no es un fragmento, sino que es completo…
I: ahora si que estoy perdido…
MT: ¿Recuerdas nuestra charla de la polaridad y la sombra?
I: ah ya veo desde donde tenemos que empezar a investigar…
MT: pues si, tomemos eso como punto de partida…Y recuerdo que vimos que la dificultad comienza en el momento que nos identificamos con un modelo moral: “está bien ser trabajador, está mal ser vago”, “es noble decir la verdad, es innoble mentir”, “sacar buenas notas en el cole pone felices a mis padres, los insuficientes hacen que no me quieran”…y así podemos seguir hasta mañana.
Me identifico con lo que “esta bien” y la cara antagónica o sea la incorrecta o mala, la oculto dentro mío.
Tanto la parte buena, como su parte opuesta, son imágenes.
I: pero ¿por qué sostienes que Yo no soy lo total?
MT: Las imágenes son reacciones, y a la vez son contradictorias. Cuando dices “yo soy esto”, “yo soy lo otro”, te refieres a la totalidad de ti. La totalidad de ti es trabajadora, española, o lo que fuere. Entonces la imagen se transforma en una entidad con mucha importancia, ya que alega ser el yo completo, y surge la contradicción, cuando aparece otra imagen alegando ser lo total . Vivimos de reacción en reacción.
Esa cosa contradictoria y reactiva en su esencia, es lo que llamamos Yo.
I: es verdad, por ejemplo, yo me siento una persona totalmente trabajadora. Desde joven lo he hecho y no me asusta poner el hombro al trabajo. Los demás también me ven así. Pero cuando siento que me invade la pereza o que no quiero hacer nada de nada, aparece un enojo muy intimo. No me permito “perder el tiempo”…
MT: dos imágenes que se contradicen, eso es el conflicto.
I: ¡¡¡pero ese soy yo, no puedo ser de otra manera!!!
MT: despacio, ¿por qué deberías ser de otra manera?, lo que estamos haciendo es intentar conocer por qué vivimos en constante dolor y contradicción…saber de uno…Es importante comprender esto. Investigar sin buscar respuestas, ni llegar a resultados.
I: ahora si que la has complicado. ¿Para que quiero saber algo si no me va a dar respuestas o ayudar a cambiar? Siempre que hago algo es porque busco…
MT: ¡seguridad! Las imágenes deben sentirse seguras. Por eso primero idealizan un resultado y luego buscan los caminos para poder llegar a eso que ellas mismas necesitan para continuar.
Si invertimos esa ecuación, y simplemente investigamos sin la intención de llegar a ninguna conclusión, podremos llegar a ver mucho más allá de la pequeña área que construyen las imágenes.
I: o sea, saber por saber. El conocer algo por el conocimiento mismo. Sin pretender nada más .
MT: eso es, y allí está la clave de la creación de las imágenes. Ese conocimiento hace que ellas se sientan totales y completas. La imagen se identifica con el conocimiento.
I: ¿con cualquier conocimiento?
MT: todo lo que conoces, de manera formal, si se desborda al campo psicólogico, crea una imagen. “Yo soy español”, “yo soy trabajador”, “yo soy sacerdote”…son conocimientos con los que me identifico.
Por lo tanto, vemos que mientras mire todo lo que me rodea, de forma polar, o sea, elija un solo aspecto y me identifique con él. Mientras esconda en mi sombra lo que no quiero que nadie vea o sepa de mi. En la medida que considere que una parte mía hace mi totalidad, es un hecho que esa vida ha de ser una permanente contradicción, en donde la confusión y el dolor, deberán ser eludidos y resistidos, con los miles de evasiones que otras imágenes como Yo, han creado.
domingo, 7 de noviembre de 2010
EL SECRETO, eso que te pudre por dentro
Interlocutor: hemos escuchado tantas veces …“todos tenemos secretos guardados en nuestro interior”
Quisiera que habláramos de eso .
MT: ¿te refieres al secreto, o a la confianza depositada en otra persona?
I: vaya, me has confundido, es que si no confío en una persona, no le contaré mis secretos…eso es evidente.
MT: Por lo tanto vemos que intervienen dos aspectos, ¿verdad? La necesidad de quitar algo que nos pesa por dentro, y dar ese “paquete” a alguien confiable.
I: así es.
MT: y también intervienen dos actores, el que da y el que recibe.
I: si, eso es claro. Estamos hablando de que esos dos “actores”, como tu dices, son amigos. No me refiero a la relación terapeuta-paciente…
MT: entonces investiguemos despacio. La primero que me pregunto es ¿por qué razón un hecho o una situación vivida, no debe ser conocida por otro u otros? ¿Cuál es la causa de esa censura?
No me estoy refiriendo a hechos delictivos, o acciones sancionadas por alguna autoridad formal. Estoy preguntando ¿cuál es la causa de que una acción realizada por uno, se tenga que convertir en un secreto y que nadie deba saber nada de eso?
I: bueno, en mi caso, y creo que en el resto de las personas es igual…yo evito que se sepan aquellas acciones que a mi me avergüenzan.
MT:¿ sólo las que te avergüenzan?
I: ahora que lo preguntas…también otras acciones que me dan cierto orgullo morboso, pero es mejor que nadie sepa eso que he hecho….no estaría bien visto. También, se me ocurre ahora, que hay veces me entero de cosas, que si las cuento le haría daño a otros …cómo por ejemplo ser testigo de una infidelidad…
MT: Entonces comienzan a aparecer varias causas, verdad. Por otro lado, aquella persona depositaria de la confidencia también se siente “orgullosa” de ser ese o esa en quien se puede confiar lo más intimo o velado.
I: ahora se me ocurre que tu, con tus pacientes has de tener conocimientos de muchos de sus secretos. Ellos te toman como alguien confiable, para descargarse.
¿A ti te agobia esa carga que los otros te dan?…¿son tus secretos?
MT: no confundamos la confiabilidad que la profesión requiere como pilar de la terapia, por esa infidencia tan común entre amigos o conocidos.
Insisto en preguntarme como es que nace el secreto en el individuo. Tu dices que tal vez la vergüenza sea un factor.
I: eso hemos dicho, si
MT: ¿qué es la vergüenza?, ¿por qué me avergüenzo de algo que he hecho o dicho? ¿Hay dentro de mi un censor que está permanentemente determinando lo correcto de lo incorrecto, lo moral de lo inmoral, lo bueno de lo malo, lo justo de lo injusto…?
I: en este punto te podría decir, que todos tenemos ese censor. Esa voz interna que dicta y reprime..
MT: ah ese es el condicionamiento preferido y más cómodo: “todos tenemos ese censor”, pues yo estoy investigando contigo, quiero saber de que se trata esto de la vergüenza , los secretos, descubrir su mecanismo y si es posible, vivir sin ningún dictado represor de “esa” conciencia divisiva. Quiero ver si puedo estar libre de toda la censura íntima.
I: pero eso da miedo. Imagínate una persona que no tiene ninguna censura interna, sería un peligro para si y para la sociedad…
MT: despacio, yo sostengo que ese peligro explota debido a la auto-represión y a ese censor moral…esa estructura es muy especulativa, hace todo de acuerdo a lo que le conviene o no. Al premio o al castigo.
Alguien libre de ese esquema, no actuaría jamás de manera “peligrosa” para si ni para otros.
I: ¿quieres decir que alguien sin moral es menos “peligroso” que un individuo con moral?...quien escuche esto, diría que es un disparate!!
MT: veamos con cuidado. Decimos que una de las causas del por qué tenemos secretos es la vergüenza. Eso quiere decir que existen pensamientos, opiniones, o hemos realizado cosas, que no permitimos que se sepan, porque nos censuramos a nosotros mismos.
I: hasta allí te acompaño en calma..
MT: entonces, ¿de dónde nace el censor que llevo dentro, y hace que me reprima, que me calle u oculte hechos. Este censor, que soy Yo, con todas mis conclusiones, identificaciones, creencias, que es quien analiza lo bueno de lo malo en mis conductas…y que oprime mi respiración, con el agobio que provocan los secretos…por qué maneja mi vida y no me permite ser?
I: pero uno no va tan liviano por la vida contando a todos lo que hace, piensa o deja de pensar. Hay cosas que pertenecen a la privacidad, al mundo privado de cada uno. O ¿es qué todos debemos abrir nuestras vidas a quien sea? ¡Creo que sería muy peligroso hacer eso, con los depredadores que andan al acecho!
MT: La privacidad no es de lo que acá hablamos. Seamos claros. Evitemos más confusiones.
El mundo de lo privado y el de los secretos, son territorios bien distintos, aunque se suelen desdibujar sus fronteras.
I: pero ¿lo privado no es secreto?
MT: no necesariamente. Si podemos desarmar toda la madeja de lo que es un secreto, veremos claramente sus profundas diferencias con lo privado.
Permíteme volver sobre mis pasos y empezar desde otro sitio…
I: como tu quieras, estoy dispuesto a acompañarte..
MT: hemos dicho en otras ocasiones que buscamos permanentemente seguridad y placer, y que eso es la causa de la creación de imágenes. Es decir, que cada una de la imágenes me otorgan cierta seguridad, un sentimiento de profunda pertenencia, en donde hay protección. También hablamos que el conocimiento desbordado en el campo psicológico, es el que da origen a esas imágenes y ellas son las que reciben todas las heridas y el sufrimiento. Por lo tanto es evidente que cualquier relación tendrá una tensión permanente, habrá competencia y conflicto. Toda imagen estará siempre a la defensiva.
La imagen es miedo. Y si tengo miedo, voy a amurallar cada hecho o pensamiento “fallido” , detrás de mi mundo secreto.
Ese secreto, ese silencio, que en un principio considero que me protege y calma, termina pudriéndose dentro.
Quitar ese lastre pesado que llevo en la memoria, deshacer cada uno de los hechos que nos avergüenzan, es vivir con una nueva cualidad. Es descubrir que vivir sin miedo, es igual a no tener imágenes.
Entonces mi mundo privado, será una tierra que no conoce las fronteras del peligro.
Fotografia de Vic Liñan